jueves, 29 de octubre de 2009

Problemas desde el punto de vista de la teoría de la justicia y como se respetarían los derechos involucrados en este caso

Desde el punto de vista de la Teoría de la Justicia en el caso de Parmalat se puede observar varios casos de desigualdad. Por un lado, la empresa no valoró el merito de los trabajadores, es decir, los empleados de la compañía no tenían el mismo reconocimiento ni las mismas oportunidades para recibir asensos en sus puestos.

Es importante mencionar que Parmalat tenía solo un objetivo que era obtener dinero de cualquier manera sin importar a quien podía perjudicar. Es por ello, que el cargo de contador, asistentes y todo el personal necesario para acreditar documentos tenía que estar de acuerdo en estafar y engañar a toda persona/s que sea necesario.

Además, tenía que estar su ‘’círculo’’, ser persona recomendada y de ‘’confianza’’. Es decir, que si habían personas que se esforzaban por obtener un puesto mejor, por ejemplo, el ser asistente del contador no podía, ya que no sabía de las ‘’jugadas’’ y la empresa no lo tomaba en cuenta. En otras palabras, si un trabajador se esforzaba haciendo horas extras, presentando informes más detallados, etc. Parmalat solo lo iba a reconocer económicamente más no como profesional que aspiraba a un mejor puesto de trabajo.

Por otro lado, la distribución económica en la empresa no era equitativa, ya que los más beneficiados eran los que se encargaban de falsificar documentos. Además, se sabe que toda empresa reparte bonos y utilidades cada año dependiendo del porcentaje de acciones que poseas, de cómo has trabajado (esfuerzo, dedicación) o por otros motivos que son políticas de la empresa. Sin embargo, Parmalat se encargaba de repartir estas bonificaciones a los que estaban más relacionados con la falsificación de documentos a diferencia de los demás trabajadores que sólo se les pagaba exactamente las horas que habían trabajado.

En conclusión, Parmalat no considero por igual el esfuerzo de todos sus trabajadores ni tampoco los retribuyó económicamente como debía de ser. Por ello, para respetar los derechos involucrados en el escándalo, Parmalat debe sincerar sus Estados Financieros a través de consultores con buena reputación ética en el manejo de información, así como realizar una evaluación del personal para prescindir de aquellos que no cumplan con las nuevas normas y valores implantados y asegurar un adecuado proceso de reclutamiento para que no se contrate personal que no cumpla con las expectativas. Al alinear la estructura organizacional con los nuevos de valores de Parmalat, las personas serán recompensados no sólo por su eficiencia en el trabajo, sino también por la consecución de sus acciones de manera integra con visión amplia que siempre vele por sus grupos de interés a todo nivel.

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